Estaba tenso y no había dormido bien.Su familia le apoyaba y le comprendía, pero él sabía que tenía que enfrentarse solo al peligro. Ya había ex`perimentado algo así en sus enfermedades; ahora era diferente, iba a conocer a sus compañeros de aventura y, a lo mejor, luego serían amigos.
Sintió un malestar en el estómago, posiblemente causado por la falta de alimento o la angustia que estaba padeciendo.
Cuando llegó, la estancia le pareció inmensa, se puso aún más nervioso.
De repente, se oyó un grito desgarrador y llantos.
ÉL NO LO HARÍA, SE HABÍA PROMETIDO NO LLORAR CUANDO LLEGARA SU PRIMER DÍA DE COLEGIO.